Saturday, October 09, 2004

Cosa de risa

Aunque parezca que no, la vida es cosa de risa, y así estoy aprendiendo a tomármela, aprendo a no tomármela tan a pecho, he de dejar de preocuparme tanto por cosas que se dicen sin un fondo real, a convertir las palabras-bala en palabras-algodón que rocen mi piel sin dañarla, pues no hay nada que merezca una lágrima derramada, por eso mi reserva de lágrimas esta llena hasta los topes, y es que ya (casi) no recuerdo cuándo fue la última vez que lloré, ya no recuerdo cuando fue que me enamoré de la vida…siempre me metí con tu forma de vivir, pero me mudo a tu barrio, prefiero las calles de chocolate y los semáforos de azúcar, aunque las tormentas allí se noten más, porque un buen jarro de agua fría tampoco viene mal de vez en cuando, te recuerda que la vida es dulce y no es blanca ni negra, ni siquiera es en mil grises diferentes, es de colores, como las mangas de mi chaqueta, como mis sueños despiertos. Quiero amarla sin fin, sin pararme a protestar por las piedras del camino, sólo parándome para construir sobre ellas mis castillos de arena, que tal como caen, vuelvo a levantarlos, hasta q se convierten en castillos de cemento, castillos maravillosos con historias fantásticas de dragones y princesas, eso sí, siempre con final feliz…no tiene mucho sentido nada de lo que escribo; mezclo historias, situaciones, metáforas, pero tiene sentido algo de lo que sucede a nuestro alrededor? Quizás sí, pero he decidido que es mejor no buscarlo, he decidido que la vida es cosa de risa, y que hay que vivirla a través de los ojos de un niño, de su lengua, sus oídos y sus manos…y por qué no, de su nariz.

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